Contrariamente a la creencia más generalizada, ocuparse de las redes sociales y trabajar con ellas no sólo consiste en actualizar los timelines, los tableros y los muros con contenidos nuevos. Se trata de una tarea algo más compleja. Uno de los objetivos es crear contenidos interesantes que generen, likes, comentarios y difusión por parte de nuestros usuarios. En definitiva, lo que persigue todo Community Manager es lograr una elevada tasa de engagement entre los seguidores y sus perfiles sociales.
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¿Qué es el engagement?
Pero, ¿qué es el engagement? Si nos basamos en su traducción literal, el concepto remite al compromiso. Pero, evidentemente, su sentido alcanza un estadio superior. No se trata sólo de buscar likes, retuits o shares, sino de conseguir crear una comunidad propia entre tu empresa y tu usuario: una nueva relación construida a través de Redes Sociales.
El objetivo final se resume en involucrar a los followers y a los fans como una parte más de la marca. Y esto se consigue con la integración y el hacerles partícipes del producto. Así pues, es esencial escuchar a nuestros seguidores cuando tengan dudas, propongan sugerencias, sufran problemas o necesiten información más concreta de nuestra marca. Y darles respuesta, claro.
Un Community Manager debe saber gestionar eficazmente la conversación con los usuarios para ofrecer un servicio adicional que el cliente necesita. Las Redes Sociales son hoy en día, un canal más de comunicación y, por lo tanto, una vía nueva para establecer vínculos estables y conocer de manera más estrecha a nuestro público.
Si las conversaciones con usuarios se entablan adecuadamente, si vamos aumentando en número de seguidores, si nuestros fans se muestran más interesados en nuestros contenidos… Todo esto contribuirá a que tengamos influencias directas en nuestra tasa de engagement, que será positiva o negativa en función de los resultados obtenidos.
¿Cómo calcular el engagement?
Cada red social calcula su propia fórmula de engagement en función de sus propias variables. En general, la medición de este valor se calcula con la suma total de interacción lograda, es decir, el número de likes, comentarios y compartidos entre el número total de fans. El resultado se multiplica por 100.
Esta podría ser una la fórmula estandarizada. Sin duda, es la más usada. Pero, no por ser la más extendida resulta necesariamente la más fiable o representativa. Uno de los inconvenientes de utilizar esta fórmula es que tiene en cuenta de la misma manera cada interacción cuando no siempre requiere de un mismo esfuerzo por parte del usuario. Es decir, no es lo mismo hacer un like en un post que escribir un comentario en el mismo o compartir la publicación. Cada una de estas acciones implica un grado de fidelización y de compromiso mayor por parte del usuario. Sólo tenéis que pensar en vosotros como propios usuarios en redes para saber el tipo de interacción que dais a una publicación o a una marca.
Una vez te decidas por una fórmula de engagement debes utilizar siempre la misma
Si profundizamos en el asunto, encontraremos mil y una fórmulas posibles para calcular la tasa de interacción. Por eso, conviene tener claro los objetivos de análisis que nos interesa destacar y, a partir de ahí, seleccionar la métrica que mejor se adapte a nuestros objetivos.
Ahora bien, llegados a este punto, resulta necesaria una precisión. Una vez te decidas por una fórmula de engagement debes utilizar siempre la misma para que el seguimiento de actividad sea lo más fiable y representativo posible. Cuando compruebes que tus tasas de interacción mejoran en cada periodo es porque realmente estás haciendo una buena labor de comunicación en redes. La prueba será el interés que tus usuarios muestran en la marcar y los contenidos.
Y, antes de acabar este post, remarcar que nuestra presencia en redes sociales no se limita únicamente a informar sobre nuestros productos o servicios, también es necesario emocionar a nuestros seguidores.