13 Feb ¿Por qué escribir ‘cuenta personal’ en Twitter no sirve de (casi) nada?
Con este titular, lo que pretendo analizar en el blog es esa especie de perímetro de seguridad que algunas personas, pertenecientes a ciertas empresas, instituciones o partidos políticos, creen levantar cuando ponen en su biografía de Twitter «cuenta personal».
No me parece mal que alguien lo escriba en su biografía, sólo que (advierto) eso no exime de ninguna responsabilidad llegado el momento. Y a los hechos me remito.
Una persona que escribe en su bio de Twitter «esta cuenta es personal» lo que
pretende hacer ver es que sus opiniones, en esta red social, no tienen porqué pertenecer a la línea editorial de su periódico, de su empresa o de su formación política. Los hay también que creen que, con este matiz,
sus opiniones personales no podrán ser llamadas al orden por sus superiores en la compañía, el partido político o el medio de comunicación, ya que forman parte de su esfera personal y no profesional.Pero lo cierto es que, cuando ese usuario tuitee algo de cierta gravedad,
nadie (y digo bien, nadie) va a hacerse eco de esa pifia tratando a la persona como individuo, sino como parte de un todo.
Opiniones que dejan de ser personales
Con esto ¿qué estoy queriendo decir exactamente? Pues que de nada sirve esa advertencia previa en la biografía de Twitter porque, llegados a un punto, esas opiniones van a ser tenidas en cuenta como parte de una empresa, de un club de fútbol o de una formación política.
¿O acaso los titulares de las polémicas declaraciones de Marcos de Quinto pasaron inadvertidas? Las declaraciones tuiteras del Presidente de CocaCola sobre Telefónica corrieron como la pólvora precisamente por ser el máximo representante de la compañía en España.
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Cuenta de Marcos de Quinto. Lo he encontrado en Google poniendo «tuit Presidente de CocaCola». Oh wait! |
¿O quizá los tuits incendiarios de los jóvenes de Juventudes Socialistas o Nuevas Generaciones se han titulado por sus nombres y apellidos, en lugar de por las formaciones políticas en las que militan?
Irene Ramos y Jaime A. Mora pasaron de ser dos individuos a convertirse en representantes de las juventudes del PSOE y del PP, y sus insultos en Twitter se titularon precisamente por Juventudes Socialistas y Nuevas Generaciones, en lugar de por sus nombres y apellidos. Ella fue suspendida de militancia por este tuit y él ‘dimitió’ tras sus inoportunas declaraciones.
Un par de despidos fulminantes a causa de un tuit
Un ejemplo claro lo vimos en el polémico tuit de Justine Sacco, sobre el SIDA en África; un tuit que le supuso el despido fulminante. La responsable de Comunicación de IAC fue despedida (según comunicó su empresa) por estos motivos: «el comentario ofensivo no refleja los puntos de vista y valores de IAC».Pero ¡esperen! esa cuenta quizá pudo poner «cuenta personal». En el caso de que lo hubiera puesto, ¿creéis que no se hubiera producido ese despido?
¿Y qué me decís del caso de Juan Carlos Gafo, número dos de Marca España?
A pesar de tener vacía su bio de Twitter fue despedido de manera inmediata por un tuit contra los catalanes.
Concluyendo…
Las personas somos personas y no estamos divididas en compartimentos estancos. Uno no puede separarse de ser empleado en una empresa. Ni de ser directivo. Ni de militar en un partido político. Ni de estar afiliado a un sindicato. Los tuits de empleados, a ciertos niveles, pueden ser entendidos como opiniones de la empresa.
Así que, en definitiva, insisto en lo que he escrito ya en anteriores ocasiones: pensar dos (o tres o cuatro) veces lo que vamos a escribir en Twitter antes de soltar el tuit. Un pequeño mensaje nos puede comprometer y, lo que es peor, comprometer a la empresa en la que trabajamos o al partido en el que militamos o al periódico en el que escribimos. La prudencia, en Twitter, nunca está de más.
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