Algunos personajes públicos siguen sin caer en la cuenta de que Twitter es un canal de comunicación oficial que traslada a la opinión pública sus pareceres en ciertos temas. Con las nuevas tecnologías ya no hace falta salir en la tele con un micrófono para que toda España sepa qué opinan de según qué asunto. Equiparar un tuit a una aparición en radio o televisión sigue siendo algo que no les entra en la mollera a algunos presentadores y políticos de este país.
Pues bien. Insistiremos: cuando un famoso escribe en su cuenta, ese tuit tiene el mismo valor que si hiciera una comparecencia pública opinando sobre un tema. ¿Por qué digo esto? Porque me parece mentira y no me puedo creer que todavía hoy utilicen sus cuentas para insultar, bien a otros famosos, bien a usuarios de Twitter.
Insultar es reprobable. Ya lo es en programas televisivos de debates histéricos o en partidos de fútbol. Pero también en un atasco o en un mercado, aunque aquí la diferencia es que se pega un grito (casi siempre sin testigos) y se acabó. Pero en Twitter, donde se hacen capturas de pantalla a la velocidad de la luz…
Perla tuitera de Jordi González que nos queda para el recuerdo. |
Y yo me pregunto ¿tanto les pica la mano que tienen que insultar aun poniendo en entredicho su imagen pública? ¿De verdad no pueden pegar un puñetazo en la mesa y dejar el móvil quietecito? ¿Tan poco aguante tienen que es imperiosa la necesidad de soltar su insulto por escrito? He aquí un ejemplo de pérdida de cargo a causa de un inapropiado tuit:
Insulto de Juan Carlos Gafo. ¿Que quién era? El número dos de la Marca España. Ejem. |
Mención aparte merece el nivel de incontinencia tuitera de los cachorros de los partidos políticos. A los aprendices del PSOE y el PP alguien debería advertirles del peligro de tuitear en caliente:
Los minipolíticos del JSE y de NNGG, y sus arrebatos tuiteros. |
Lo cierto es que cuando un personaje público insulta es algo doblemente lamentable: uno, porque insulta en público a otra persona y dos, porque le puede más la ira del momento que el pararse a pensar qué repercusión puede tener esa ofensa. Si son políticos yo haría un reglamento interno de cese automático primero por insultar y segundo por ser tan pardillo de hacerlo por escrito y en Internet.
La última ofensa (absolutamente gratuita e innecesaria) ha sido la de la diputada socialista hacia la presentadora de TVE y que he descubierto en la cuenta de @hesteban15. ¡Gracias por la inspiración!
Tuit de una señora diputada, cargo público, metiéndose con una presentadora de TVE |
En resumen: insultar en general está muy feo (aunque todos lo hagamos). Insultar en privado nos desahoga. Insultar en público es lamentable. Insultar en Twitter siendo una persona anónima dice poco de nuestra educación. Ahora bien, insultar en Twitter si eres un personaje famoso no tiene perdón divino ni humano.
PD: Además, cuidadito con los insultos, os recuerdo que ya hay condena en España por insultar en Twitter. Puedes leerlo aquí. ¡Y dejad de insultar en público, leñe, que es Navidad!
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